Tengo bien en claro que ser dueño de algún sueño
no es de tantos.
Que la vida no camina como un duende
a nuestro lado.
Y que amar, no es renunciar;
sino buscar algún triunfo
tras mil fracasos.
Siempre que te ví me acobardé por tu belleza;
Siempre me escondí
porque temí, algún rechazo.
Fueron años inseguros e inmaduros,
con los disturbios,
que el amor deja.
Y ahora que aprendí, estoy con vos.
De triunfador,
¡De ganador!
Y sin problemas.