Cielo en triste azul esconde el llanto de la luna
que gime, viendo en la soledad que me has dejado.
A mi vera, lujuria y melancolía divagan
Siempre coincidiendo: ni en siglos te habré olvidado.
No hay noche en que no me atormentes en mis sueños
Despertándome, por mis lagrimas empapado.
Lágrimas amargas que de un amor dulce brotan.
Lloro al soñar, que aun quieres a este enamorado.
¡Cuántas veces tus manos he besado!, y ¿cuantas
te habré, de rodillas, la eternidad jurado?
¿No me crees cuando te confieso, que todas ellas
brotaron, de mi corazón cual secreto revelado?
Reboso de pena al pensar que quizás un día
tan solo sea, para ti, un recuerdo del pasado.
Noches enteras en vela, junto a ti pasé.
Creyendo que el sueño me apartaría de tu lado.
Cielo en triste azul esconde el llanto de la luna
que gime, viendo en la soledad que me has dejado.
Sé que amantes más perfectos, en la historia ha habido.
Pero yo: el único que tu amor ha conquistado
¿No he sido yo quien, por tu belleza encandilado
a ti, cual princesa te ha tratado y cortejado?
¿No he sido yo quien, con intención de alabarte,
versos, con tu silueta desnuda ha rimado?
Yo sé qué ronda tu mente, solo con mirarte.
Y sé que hace tiempo que tu rostro me has ocultado
Empiezo a olvidar, qué sentía al verte sonreír.
Empiezo a olvidar, la felicidad por lo amado.
No recuerdo como era, sonreír por tu sonrisa.
No recuerdo como era, vivir para tu agrado.
Las horas se hacen frías, solas sin tu compañía.
Las noches no terminan, el día inacabado.
Cielo en triste azul esconde el llanto de la luna
que gime, viendo en la soledad que me has dejado.
Todavía oigo a los arboles susurrar tu nombre.
Murmurar -estas a tiempo, aun no se ha terminado-.
Día y noche me dedico a recordar,
cada día y noche que pasamos abrazados
Al atardecer, tumbado, observo el sol marchar.
Y espero a la luna, a la noche y a su reinado.
Una vez presentes, les desvelo mis temores.
Me pregunto, les pregunto, ¿porqué te has marchado?
Obtener respuesta, he intentado varias veces.
De todas ellas, ninguna me han contestado.
Pues, tras pasar largas horas bajo la luna
tan solo se ha tornado, el cielo en apagado.
Desolado, dejo mi dolor mecer al viento
Deseando, al despertar, de mi lo halla apartado.
Jamás me olvidaré de tu pasión sobre la mía.
Ni olvidaré estos llantos, que hoy me han ahogado.
Jorge Luna