Queda un día,
para que me den la luz tus labios,
para que nuestras caricias se conviertan en paisajes,
para que nuestras miradas se toquen,
para que nuestros corazones se aceleren,
para que nuestros suspiros,
sean pajarillos que den vida a la vida,
que den aun más ilusión a nuestras sonrisas.
Queda un día,
para que nuestros húmedos abrazos se amen,
para que nuestras cuerpos abrazados se sientan,
para que nuestras almas se mezclen en un solo color.
Queda un día,
para tocar los sueños,
para acariciar la vida,
para retocar las dudas,
para trasparentar nuestro amor.
Queda un día,
para ser un dulce futuro,
para perder la tímida vergüenza,
para desnudar nuestras mentiras,
para vestir nuestras alegrías.
Queda un día,
para convertir las penas en alegrías,
para cambiar noches por días,
para parar nuestros miedos,
para confiar en quien se quiere,
para ampliar los sentimientos,
para ensanchar el pecho,
para aceptar las cosas como son.
Queda un día,
para que la amistad se convierta en oro,
para que el cariño no tenga precio,
para que la impaciencia sea paciente,
para que la buena fe, aliada de la paz,
sean amigas de nuestra calma.
Autor: Fco. Peiró
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