Un click te ha bastado
para enviar los pocos momentos
a la basura del olvido.
Que fácil ha sido, ¿verdad?
Al fin y al cabo,
los viajes furtivos los hace el que sueña
y no la mente clara y lúcida
de la que presumes.
A estas alturas,
debes preguntarte que clase de acosador soy,
después de ponerte entre la espada y la pared
al demandarte un simple abrazo...
Quizás tienes razón,
puede que no sean así las cosas en este juego,
pero es lo que se siente
y contra eso no hay dios que valga.
Yo te sentí,
tu a mí, permite que lo dude.
Grandes dosis de cafeína vas a necesitar
para abrirte y no perderte media vida,
pues por muchos versos que pienses,
el verso de tu alma está tiritando
de no implicarse lo suficiente.
Cansado de esperar nada,
mi corazón se despide del tuyo...