Así fue, que en esos momentos de plenitud reservados,
lo perpetuo se hizo soñador en retazos de tiempo fugaces
siendo tal la profundidad nacida en el silencio instalado
que hasta el ruido de mis pensamientos sonaban audaces.
En una ecuación de tendencia mitológica intenté calcular
el resultado de los imposibles que fueron milagros de vida
terminando entender las maravillas ocurridas de admirar
son fruto de sueños impensados llevando fuerza decidida.
En mi mente se habían dado infinitos viajes de dimensión
traspolando el campo de la oscuridad en paraíso de volar
al concluir hasta en el lugar más pequeño sin iluminación
un gota de luz divina puede hacer del desierto todo un mar.
Emocionada la pasión por la corriente que vivía mi cuerpo
espejismo de agua bendecida refrescaron alas exploradoras
invitando a la música de la madre naturaleza en concierto
que eclipsó mis reflejos por lo que iba produciendo su flora.
Fenómenos para descubrir en cada experiencia expectante,
tanto hay por recorrer de los caminos todavía no conocidos;
al alba de soles eternos que alumbrarán el corazón viajante,
el hoy será un puente celestial de cada caminante amanecido.
Vito Angeli