Madre Nuestra que estás en los cielos,
entre los demás planetas, lunas y estrellas,
surcas con tus alas el espacio infinito.
Quien te dio vida, te permitió entregar la vida.
Año tras año, siglo tras siglo,
has cuidado la vida de tus criaturas,
regulas el ambiente, y tus espacios
y sometes a quien se opone a tus ritmos.
Pacha-Mama, Gaia, Madre Tierra,
con diferentes nombres te conocen
los que saben que estás viva.
Dicen los sabios que respiras por tus volcanes,
que te acomodas en tu regazo cuando estás cansada
y te contraes ruidosamente al despertar.
Tus truenos y relámpagos son advertencias
hacia quien vulnera tu equilibrio cósmico.