El dolor de los recuerdos
Tú eres el amor de mi vida, tú fuiste el amor de mi vida, cuantas cosas imagine un día posible entre nosotros, volar en una nube vestidos ambos con rayos de un sol todopoderoso, beber de un arcoíris mágico y gracioso toda la luz posible para nosotros.
El recordar tus manos sobre mi rostro es un trabajo que se ha vuelto mas y mas pesado con el paso de los años, en un rictus agudo y tonto, el dolor del desencanto, el desamparo de las emociones, la incredulidad a las masas, me han vuelto este ser humano mitad irreal, mitad monstruo, tu eres el amor de mi vida, tú fuiste el amor de mi vida, tu serás por siempre a quien jamás haya amado asi, tanto, tanto, como la inmensidad de un mar soberano, como la expansión eterna de las montañas sobre un hermoso planeta tierra, tu siempre en la intimidad de mi verdadera historia, tú en el triste recuento de los desengaños, tú en la intrínseca proximidad de la nada, tú en otro mundo, tú con mis mejores años, con mi mejor vida, con mis recuerdos más puros de un ser humano que aun tiene fresca su mitad de niño, tu, en la profundidad silenciosa de esa palabra, y en el recuerdo doloroso al pronunciarla, al escribirla, al decirla, al recordar aquellos parajes mágicos en aquella ciudad inmensa y loca, donde alguna vez tanto nos amamos, tu, en el interior de lo que queda de mi alma...