Andrea Valentina

A ti, que la mirada no sostienes

A ti,

Que me llenaste las manos,

Con orgasmos de alfileres

Dulce espina mía

Cubierto de oropeles

Y humedeciendo tus labios

En mis oceánicos placebos

Te llamaste invierno

No se porque placeres.

 

A ti que la mirada

De vergüenza no sostienes

Pero te llenas la boca

De promesas en corceles

Y te bebes mis delicias

Me retienes en tu mente

No se porque recompensa

Me condenas a quererte.

 

A ti que solo entregas

Huracanes sin olvido

Te guardo el privilegio

De sentirte entendido

Busca otras distancias

Vete a otros caminos

Que otra mujer soporte

Tus estorbos y fastidios.