Y yo no puedo hablar de ti –quizás de mí-
y del absurdo amor en que me encuentro…
gracias amor si me olvidaste un día
o si me olvidas ahora,
como un atropellado a la intemperie.
Gracias amor si en una calle
puedes mirarme a través de los recuerdos,
porque no hablo de ti, hablo de mi,
de la soledad que abruman los lugares
donde paseamos juntos
donde miré tus ojos.
¡Es muchedumbre la soledad…!
Como la sombra de las ramas de los árboles,
por eso no hablo de ti…
Que todo me los diste
hablo de mí:
Que no sé que voy hacer si tú me olvidas
porque entonces no podré
ya recordarte.