Tengo la luna en mi patio.
Y está redonda como un plato.
Bajo la parra yo la miro
y ella me mira desde lo alto.
Tengo árboles amontonados
que conversan con el viento helado;
es noche de Noviembre iluminada
por luz de luna y brillo de astros.
El amor es un escondite
para dos corazones hambrientos;
si a la par comen, felices,
dormirán la siesta sonriendo.
Es mejor no querer tanto
y sufrir el dolor
de un amor largo y penoso
que amargue el corazón.
Cuando el amor termina
uno se cree desamparado;
cuando el amor comienza
uno se cree enamorado.
El amor es un fuego crepitante
luz radiante llena de armonía;
la soledad es un vacío delirante
que ahoga el alma en melancolía.
Amor, amor, amor, amor
yo sólo te doy lo que tú me quitas.
Adiós, adiós, adiós, adiós
¿Por qué tan pronto te precipitas?
Luna menguante, creciente y llena;
luna que iluminas la cordillera,
por qué te escondes cuando mi alma te busca
y no iluminas también mi quimera?
Mi quimera son tus besos,
leche divina, dulce néctar;
tu piel que blanquea mi cielo oscuro
y la pureza que brota de tus manos abiertas.
Amame, amor mía, a entera libertad,
libre como el sol, el viento y el mar;
libre como el canto de los pájaros
que ni en jaula se puede apresar.