Las letras yacen empolvadas
En lo más lejano del pensamiento
Se han quedado ahí, olvidadas
En las telarañas formadas por el tiempo
Mis palabras yacen empolvadas
Perdidas en lo profundo del ropero
Las cartas, por la mitad, rasgadas
De mis pensamientos eres mal vocero
Hojas incendiadas por la ira
Tinta que del papel se escapa
Líneas a las que veo retorcidas
El sentido ha cambiado en las palabras
En donde se perdió el mensaje
En donde desvió su viaje
Es que acaso mi hablar fue confuso
O mis palabras cayeron en desuso
Mis frases las forje en acero
Y ahora tú las has oxidado
Mis ideas pensadas con esmero
Por ti se han desprestigiado
Mis versos llenos de fuerza
De poder cargadas mis estrofas
Ahora presas de tu entendimiento
Como árbol en otoño, se deshojan
Lo que te he dicho al oído
En tu mente se ha enredado
Y lo que tú entender ha creído
Muy diferente a lo que he comentado
De la sabiduría, mis poemas, se despojan
En tu boca, mis letras se han perdido
En melodías para sordos mis estrofas,
Por tu tonta interpretación, se han convertido
Tu boca ha destrozado mis ideas
Y tu mente, en el error, persevera
Porque más allá de lo que creas
Conocimiento no te ha dado la ceguera
Porque miras sin saber observar
Y oyes sin realmente escuchar
Porque lees sin siquiera intentar
El mensaje, entre líneas, buscar
Solo soy responsable de lo que digo
Y no lo soy de lo que tú entiendas
Pero esto se ha vuelto un martirio
Para tus actos, proporcionar enmiendas
Por eso chorrean las letras
Del avejentado papel, escapan
De la mala interpretación huyen
Mientras otra falacia tú desatas.
Andrés Ruiz H.