Frank Carlos

Habana

Habana,

desde la distancia miro tu multitud

desde otra multitud

cerceno la añoranza

que me cerca y me levanto

en otra piel, otra textura

otros ríos por las calles

otros bares,

ocupados y llenos

del mismo hastío

disfrazado de otra melancolía.

 

Habana, linda, hermosa

te idolatro en mi mente

poblada de bellezas

que no disfrutan

tanta gente,

mejor otra gente

menos comprometida

con levantar el muro

de la despedida.

 

Habana,

de modas te despeinas

de perlas y olor a playa

de manos y de heridas,

el concreto y el vidrio

no ensuciarán tu historia

ni taparán los huecos

que menos importan

en un barrio cualquiera

que ve nacer hasta ese día

una lágrima viva

un ejército que canta

y pone en cada mejilla tuya

como un niño mimado

un beso enamorado.

 

Habana,

pálida y traslúcida

todos los posters del mundo

de ti dicen lo mismo:

malecón, playas

negras prostituidas.

 

Los que te quieren bien

sabemos que es mentira

que solo te denigran

del lado de un muro unos

y otros de vuestro lado,

están los que se fueron

lejos de tus heridas,

ay Habana que desde lejos titilas

cuantos daríamos todo

por sentarnos un rato

en aquel muro sucio

que antaño denigramos.