Pequeñas letras se entrelazan
para agobiar mis pensamientos
Apenas suman dos palabras,
un camino incierto, desconocido
en el que no existe cabida para mí.
Siento las manos del desasosiego
quemar mi lánguido cuerpo.
Mientras mis ojos permanecen fijos
a aquella mísera espera.
Quizás un día aparezca
y se asemeje a los rayos del sol
que destellan luz
en medio de las telarañas de la oscuridad.
Y es entonces que regocijaré de placer al contemplar
un rostro…tan sólo un nombre.