Ana Maria Delgado

CORAZON SANGRANTE BAJO EL SOL DE PRIMAVERA

Despiertas en tu lecho

inmenso y frío,

contemplas tus manos desgastadas

por el constante intento,

de espantar de tu almohada,

la neblina grisácea de su recuerdo

… recuerdo que aún marchita

el paisaje de tu vida.

 

A veces

quisieras flotar

surcando territorios sin fronteras

y evadirte

de su recuerdo … la única herencia que te dejo.

 

Inmerecidamente,

fuiste arrojada con fuerza

de la cima del amor,

por el cruel viento de su traición.

 

Desde entonces,

con los pies en tierra,

cantas con fuerza melodías tristes,

a través de las cuales

tu corazón se desangra,

… y tu tibia sangre

alimenta la tierra

y la tierra en gratitud

te regala flores….

tu jardín siempre florece.

 

Todo murió… menos tu voz

tu voz …lenguaje de tu inmensa tristeza

… cada alba es un aliento

para respirar más profundo

para evocar momentos y para borrarlos,

aunque duele…

duele recordar,

duele olvidar

…hay recuerdos, huellas

que están presentes en tu boca

en tu piel, en tus sabanas…

hay recuerdos que no se borran

son suplicas constantes a

mantener la intensidad de tu amor

y te duele comprender

que tal vez,

hasta tu final

se mantendrán indelebles

a tus esfuerzos

miles de palabras, de caricias

de íntimos detalles

que se arraigaron en tu mente,

en tu pecho, en tu piel…

 

Y mientras cantas,

sientes la brisa

que trae en sus suaves alas,

el combinado aroma de montaña,

baja por el prado verde amarillo

donde gotas de agua agonizan,

ante la puesta en escena

del sol de primavera.

            POR : ANA MARIA DELGADO