Es importante el alba, cuando está claro el día
cómo importa la muerte -cuando un adiós respira-
Nos dijimos adiós (igual que una paloma
desmesura su vuelo sin llegar a la altura)
No tuviste la culpa… ¡me culpo por quererte!
Y aunque pase el tiempo este amor no desciende…,
fueron cinco meses desenterrando besos
han de pasar otros: mientras te escribo versos
-versos de amor tirano- Donde el adiós no sabe,
¡pero no he de llorar…! Aunque el alma se empape.
Estaremos más viejos –quizás- y tú me olvides
y yo leyendo estos versos…, recordaré que te quise.
Hay caminos soleados, tristes, que nadie pisa,
esos senderos –lo sabes- son nuestros todavía.
Y puedo escribir entonces –cuando los años pasen-
Tu nombre sin que duela
-ni el olvido me dañe-