Tal vez no me conozcan lo sufuciente
y piensen que mi razón de vivir ni yo misma la sé;
y no encuentro consuelo al vivir el presente,
lo acepto, vivir así no es como yo pensé.
Estuve entregando lo mejor de mi persona
arriesgando mi propio futuro por los demás
puse en riesgo mi salud, eso ya no se perdona,
no estuve en mis cinco sentidos jamás.
Perdí la noción del tiempo, me sentía fatal
me levantaba pensando qué podía hacer para ayudar;
estaba tan frágil como una muñeca de cristal
que necesitaba apoyo y nadie la supo valorar.
Me perdí a mí misma en el horizonte
caminaba por inercia siguiendo la luz del sol
no vestía a la moda, ni lucía elegante,
como dije, me perdí a mi misma y perdí el control.
No sabía cómo volver a ser quien soy,
pero en la oscuridad una luz me guiaba,
me enseñó en camino y de nuevo soy...
soy yo misma, la que me controlaba.
Siendo yo misma me volví a encontrar,
soy esa persona sensible que se cuida al andar,
que sabe dónde pisar y no se entrega totalmente
pues a la larga puede traer complicaciones realmente.
Siendo yo misma sé quien soy,
sé qué debo hacer y cómo hacerlo,
siendo yo misma aquí estoy...
y no soy perfecta, ni quiero llegar a serlo.