Hay una ola violenta
Que atormenta mi vivir
Poco a poco acrecienta,
Mi gana de resistir…
No encuentro salidas,
En la autovía de mi existir
Y se duermen mis caricias
El amor apago, su elixir…
Mi piel desnuda ó cubierta
Duerme en su calvario,
Mientras delira despierta
El alma, en mi armario…
Huelo a bruma marina,
Esencia de mi ayer
Cuando en mi emanaba,
La caricia del sexo y su placer.
¡He perdido la batalla de la alegría y ahora vivo desesperado sin amor, sexo y su sinfonía!
Modesto Ruiz Martínez / domingo, 30 de enero de 2011