Como pasa el tiempo atravesando el material humano,
madurando el gris encefálico y vertiendo el café sereno.
Hace poco descubrí las verdaderas ignominias humanas,
hace poco que sorteo con las verdades amargas.
Siempre cosas presentía que nunca jamás pasaron
y que no eran más que engaños sutiles de la inexperiencia.
Convertía las nubes en una espléndida madreselva,
el amor era la única rima que asomaba en mi conciencia.
Todos somos semillas para existencias futuras,
todos somos fervientes creadores de vidas, en potencia;
pero no todos sabemos, lo que no puede explicar la ciencia,
y es el hermosos placer de traer al mundo un pajarito de alas cortas.
Mi pajarito de alas cortas , mi risueño niño, mi corazón:
ya puedo contarle al mundo lo hermoso de la creación,
ya puedo correr en el viento y sentarme sobre una erupción,
ya puedo contar de mi vida, la verdadera razón.
Algún tiempo pasará para que leas lo aquí escrito
y quizás dirás mi padre hace rima y me decía pajarito;
pero si por un momento las palabras saltaran del papel
quizás digas:¡mi padre me adora y yo siempre seré su gorrioncito!
Aunque se nublen mis ojos, tus alas crecerán
y crearás tus propias nubes y vivirás tu mundo propio,
quizás seas poeta, aunque te prefiero con un telescopio
¡que importa mi niño lo que yo diga, si tus alas crecerán!
No te fíes, hijo, de utopías locas; ni creas de toda mujer el llanto
que como dice Juan de Dios Peza: “aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas”. Admira el cielo,
pero no quieras tocarlo; respeta a la mujer pero no te le inclines tanto.
Las palabras apresuradas van, pero hijo tus alas crecerán
y cuando la secuencia lógica del tiempo ponga nieve en mis cabellos
mi gorrioncito será todo un hombre y volará en sus propios cielos
¡pero recuerda mi pajarito, que para mi corazón no hay tiempo!