Te fuiste como el viento arranca las hojas de los árboles sin poder decirte que eras parte del jardín donde guardo mis mejores flores llamadas amigos.
Duele saber que tu presencia física que resguarda tu alma ya no estará mas a mi lado, no podré compartir mis hazañas con ese exquisito toque de alegría y simplicidad en disfrutar los sueños tal vez tontos, el hecho de saber que nada pasaría, que el mundo era mío y que por soñar no se acababa el mismo, a tu lado sabia que no había que tenerle miedo a nada y que a todo eso que nos sacaba un susto había que darle una sonrisa para por lo menos sentirme alegre aunque mi mundo me acechara en esos momentos.
Te fuiste dejando en mí un vacío que no sé cómo llenarlo, y no pretendo hacerlo. Pero no se cómo justificar y explicar tu ausencia si día con día mi paciencia se va diezmando al esperar tu regreso y dándome cuenta que adiós no te dije aun habiéndome llamado para hacerlo, pero fui cobarde porque sentía que mi ser se erosionaría junto con tu alma que no tardaba en dejar tu cuerpo.
Duele ver la lista corta de amigos sin uno menos en ella, que sólo te dedicabas a hacer planes para la libertad de tu ser y, hoy amiga mía; hoy lloro tu partida, lloro tus alegrías que ya no serán parte de mis días, lloro tus recuerdos, aquellos a los que todos los días me aferrare para nunca olvidar a una de mis flores mas relucientes y apreciadas de mi jardín llamado “mis mejores amigos”
DeL MaR