Para no ser de los tuyos,
para no contarte entre las mías, que
apelar a la distancia se nos haga vocación.
Que nos agende distantes el caprichoso
destino; pero antes, una travesura: pon en
mi boca aquel beso, justo antes de partir para
siempre, luego huye sin decir adonde, sin
indicios ni huellas, ocúltate entre los nombres.
Para jugar a villanos, con el destino planeado,
escupe al fin ese beso que los dos hemos
soñado; que sea breve y vacío, sin abrazos;
que todo sea parte de este libreto.
Para no hacerme el profeta, ni premeditar
el crimen: que no se cumpla lo antes dicho,
que jamás leas estas líneas.