Recuerdo aquel día en que te lo conté todo,
era de noche y tú me tenías abrazada
como si fuera tu objeto más preciado,
como si me protegieras de alguien,
como si fuera la última vez que nos veríamos.
Tú mirada fue totalmente extraña,
tus ojos opacaban a cualquier brillosa estrella,
tus labios... ¡oh dios mío!
tan rojos y suaves como los pétalos de una rosa,
tan deliciosos tus besos como la dulce miel,
y tu sonrisa perfecta como siempre cariño.
Te lo conté y quedaste perplejo
al parecer no habías escuchado tal barbaridad,
¡pero qué sorpresa me lleve!...
no me reclamaste, no estabas refunfuñando,
tan solo quedaste en silencio para decir…
“que sería el mundo sin ti, no importa el pasado
y vivamos el presente mi amor”
pero esto solo es producto de mi imaginación
de mis sueños y locos pensamientos
que tan solo viven por ti y siempre en ti.
Aunque des por mí tu vida entera
a mí de que me sirve si no te tendré a mi lado,
para que quiero una vida si contigo la tengo,
si tú me has hecho renacer y subir desde los más bajos suelos…
tengo infinidad de secretos tuyos
de cosas privadas y graciosas,
sé intimidades y sufrimientos,
sé felicidad y amores,
lo sé todo y al fin estoy en mi nube
en esa a la que no podía subir,
en esa que siempre se burlaba de los de abajo,
¿que más te puedo decir?
si haces que toque el cielo con tus besos
esos que me roban el aliento,
tan tiernos y llenos de amor
del que solo tú sabes darme.
La persona perfecta, blah blah blah
al parecer...
yo tengo a alguien que la supera según mis creencias.