Tuve un sueño, una noche contigo
miraba silencioso tu sonrisa pintada.
En tu cuerpo el calor, en tus ojos el abrigo
en esencia me llamas, tú no dices nada.
Que se rompa el silencio no quiero
con miedo a despertar, te miro y te digo
no con voz, todo convencido,
sobre tu piel voy a leer, ese mensaje escondido.
De mis manos mis dedos, ciegamente leyeron
suaves rimas del poema de tu cuerpo,
sin saberlo en su camino, también escribieron
decían te quiero, verso a verso.
Tú no duermes, yo tampoco
me descubro despierto, lleno de asombro
creía que en sueños, se cumplían mis deseos
tú lo sabías, pudiste verlo en mis ojos.
Maldita realidad que ha congelado mis dedos
con mil versos y mil rimas aún por recitar.
Siempre confundo tu amistad en mis sueños
y el poema de tu cuerpo, siempre por terminar.