Las horas de ir a dormir,
llegan, los sueños empiezan,
al terminar de caer el telón
de un día, en silencio,
distancia y ocupaciones,
desatendieron al ser amado,
se extrañan mutuamente,
sus palabras, sus alientos,
sus mensajes, su esencia,
mas con la noche
y la cómplice luna,
salen a pasear los anhelos,
las palabras del deseo.
Se sueltan las promesas del encuentro,
se divagan de los cuerpos
las almas, los espiritus,
frenéticos de deseo, de llenar de placer,
de cubrir la piel, de sentir,
es hora de cumplir las promesas,
de llegar y sentir la unión prometida.
Entra mi alma a tu aposento,
donde me esperas con esmero,
donde me pides calme tu tormento,
nos dejamos llevar por la pasión,
del dulce encuentro,
de explorar nuestros cuerpos,
nuestras bocas se buscan con desenfreno,
quieren sentir el dulce sabor del centro,
suben y bajan, con esmero,
de sentir y hacer sentir,
los lugares mas escondidos ,
de nuestros cuerpos,
las manos se cruzan
escriben suaves caricias que enchinan,
que exprimen nuestros sentidos,
solo quieren ese par de cuerpos
la comunión de fuegos.
La llama se enciede, a cada caricia,
a cada beso,
suplicas con amor y deseo,
que se cumplan tus deseos,
quieres sentir mi espíritu,
lo mas adentro de tu ser,
pides con dulces lamentos,
que tranquilece la tensión, producto,
de frotar tu piel con mi piel.