Aliento viene del mar,
brea y algas, cascos viejos…
Brillante de mil guirnaldas,
apareja sueños nuevos:
Orquídeas, tizas de luna,
campanillas de oro viejo…
Pero no te trae a ti, mi alma,
pero no a ti… flor de heno.
La brisa, traza del viento,
ahonda mis ilusiones.
Céfiro de sauces…
tu talle,
colibrí de estaño y bronce.
ondas que al barquero
inspiran
melodía de acordeones.
Las lágrimas ya no lloran.
Sólo duelen de añoranza.
¡Quién alcanzara tu lecho¡
¡Quién¡… descalzo por la arena
un día
collar de almejas tejiese
para tu cuello de cisne,
y para tu cabellera altiva…
tiara de plata y jazmines.
Don calamar y salitre
hilos de nácar, corales,
nenúfares blancos, bordan…
Mago y oriente… las perlas
para tu manto encantado
que en noches de estrellas
brilla,
sobre fuentes de conchillas
y aquél camino olvidado.
Presa de melancolía,
abrazada al sol poniente,
entre jirones de lumbre
baja la tarde su frente.
Breve la falda de arena,
oro, lila, carmesí
lapislázuli…
sangre de muerte.
Pelícanos y gaviotas
aletean su estridencia.
Ecos de escarpa susurran:
No abandones la esperanza,
sumérgete en blanda niebla.
Esponjas de camelias rojas
guiarán su paso breve…
hacia ti, cuando amanezca.
Se escucharán guitarrones,
arpas, timbales y violas.
El silencio se hará fiesta.
Para que bailen las almas
Sumidas en la tristeza
LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI
Derechos reservados
Enero 2011
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