Jeinsson

LE DIJE QUE LA AMABA

 

Aquella noche tibia

donde los pájaros callaban,

el cielo daba paso a las estrellas

que iluminaban sus ojos,

la luna reflejaba nuestros cuerpos

uno junto al otro,

los arboles danzaban en nuestra presencia,

la brisa acariciaba sus mejillas,

mis manos, compartían el sentimiento,

toda criatura admiraba

como sus parpados, se cerraban,

como el aire se movía por su cuerpo

al respirar, el temblor de sus manos

 al abrazarme, su transparencia, su aire de

olor a rosas, la sonrisa que daba luz

 a mi vida. Todo aquello que nos contemplaba,

hacia que momento a momento,

mi ser, le dijese que la amaba.