Observo callado, tus ojos que se quedan rendidos,
veo en tus labios posarse el silencio;
oigo tu voz que sigue intacta al tiempo.
Quisiera, quisiera escribir con mis dedos, en una caricia,
algún verso en tus brazos, aunque no quede huella alguna;
ver el caer de un amanecer frente a nosotros,
fundir una tarde en nuestros brazos, despacio, despacio y lento…
Al sentir que te vas, nace la incertidumbre,
¿Cuántos días? ¿Con cuál excusa podré tenerla conmigo?
necesito que mi mano sienta su mano, y mis oídos escuchen su voz.
Versos inconclusos de las nueve de la mañana, una taza vacía y fría,
una habitación calida y hostil, las flores del amor, marchitas, opacas,
el recuerdo de tenerte y no tenerte…
…tus ojos mezclando el tiempo, tu boca dando a mi boca solo recuerdos,
te olvido y te recuerdo, te pierdo y te encuentro,
necesito tu presencia, necesito tu vida a mi lado.
Tener que esperar hasta el mañana,
puede ser eternidad,
como la fugaz eternidad del abrazo de comprensión.
Ricardo NOGAL.