Azares del destino, en tu boca pérdida me encuentro.
¿Por qué jugar con fuego? Sabiendo que me puedo quemar,
y que mi vida puede colgar de un hilo
¿Es que el fuego se hace celestial?
Bendita incertidumbre que respeto
y a la vez que rápido deseo aclarar,
para seguir sin estos pasos mal dados
o en una marcha sin cuidado.
Pero te veo callado, te siento lejano y tu piel
tan cercana, tan caliente,
envolviéndome entre misteriosas sonatas
y murmullos que deseo cerca,
devorándome entre una pasión extraña que quiero probar,
en mis emociones de ardientes veranos,
de dulces besos, de raros labios.
Y amanecer a tu lado columpiándome
en las suaves laderas que recorren tu cuerpo,
entre sabanas misteriosas, entre tus sentimientos atolondrados.
Y en tus ojos refugiarme y buscarte entre pasiones prohibidas,
y magias sin magos.
Tú el que me conoció de repente y ahora no estás,
porque tu estar es diferente al mío,
tu ritmo es el de la libertad que me diste a probar,
pero que, sin embargo, me siento vulnerable a ella,
sin querer sentir más que la carne cuando yo sé bien
que es difícil separarla del espíritu,
cuando lo tántrico te desafía y desearías
probar más que solo piel y carne…
¡Cuando te doy una caricia y me la correspondes!
¿Para que tanta mentira si vas a echar todo en un baúl con tus demás recuerdos?
… Y quedare ahí sin más refugio que las noches que viví contigo
y las tardes de locura interminable que sembré en tu vida….