¡Ay de las aves del cielo, que acallan su dolor!
¡Ay de las bestias de la tierra que apaciguan sus penas!
¡Ay de los hombres que tratan de sofocar
A las justas sociedades mediante las guerras!
¡Ay de los cánticos de los mirlos a lo lejos!
¡Ay del revoloteo de las bestias aladas a lo alto!
¡Ay de los hombres que devastan estas comarcas
A las justas miradas de los ingratos!