Marco Alvarado

La noche fue de los dos

La noche fue de los dos

nos adueñamos de ella

y la labramos inolvidable

intensa y tierna.

 

Nos encontramos los dos

se cruzaron nuestras miradas

y sin mediar las palabras

brotaron las caricias y los besos.

 

Y al encontrarnos de nuevo

se cruzaron de nuevo las miradas

y aparecieron las palabras

la melodía de tu voz

y de tu preciosa sonrisa.

 

Al compas de tu caminar

se mecía mi pensamiento

en el trayecto a tu casa

cuando buscaste mi abrigo

y en los abrazos hicimos

huir al frio del viento.

 

Y en medio de la noche

ya en tu casa

nos encontramos mil veces

y mil veces se cruzaron nuestras miradas

y el silencio y las palabras

junto a desesperados respiros

abonaron por igual

nuevos, más intensos y abundantes

caricias briosas y urgentes besos.

 

Y en la cita imprevista pusiste

al alcance de mis ojos

la luz de tu mirada

y tu sonrisa de luna

y al alcance de mis manos

tu piel de terciopelo

el albor turgente de tus pechos

y la estrechez de tu cintura.

 

Venus del altiplano

aquella noche fue de los dos

y la labramos como a tu imagen

hermosa y sencilla

sonriente e intensa

romántica y excitante.

 

Y llegada la mañana

se cruzaron por última vez

nuestras miradas

y sin mediar más palabras

que un “hastaluego” quedito

salí por tu puerta

e inició la nostalgia.

 

La noche fue de los dos

nos adueñamos de ella

y la labramos inolvidable

intensa y tierna.