El percal de mis sábanas
cuántos recuerdos guarda,
te entregué mis noches blancas
con pétalos de carmín,
porque me enamoré de ti.
Las huellas en un papel,
las rosas sobre el mantel,
la pluma plasmó mi nombre
jurando siempre quererte.
Mis manos satinadas
tu faz acariciaban,
el cristal sobre los labios
brindando enamorada...
¡Qué bella melodía!
la que escuchar podía,
una música romántica
me envolvía en alegría,
mi cabeza dando vueltas
escuchando sinfonías...
¡Quizás fue la sangría!
La luna en la ventana
su luz nos reflejaba,
escarlata la pupila
se dilata de emociones,
por amarte tengo prisa
de explorar mis sensaciones
y entregarte mis caricias
para que palpes mi piel
suave como la brisa.
Labios destilando miel
y envueltos en una piel
conjugando el verbo amar.
¡Qué bello es querer!
Y veo el amanecer
con el rocio besando el alba,
la luna dejó una estela
y a mí, me suspira el alma,
pero me asalta el temor
de que te vayas amor...
o que sólo sea un sueño
del que despertar no quiero.
¡De pronto me desperté
con mi baby doll en los pies!
Felina