La vida es incierta, nunca sabes qué pasará al minuto siguiente que marca el reloj... Es diferente "esperar" a que pase algo de lo que "realmente sucederá"; hay ocasiones en las que planeas cosas sencillas como: "Mañana cuando me tope con mi amig@ rumbo al trabajo, le saludaré con la mejor de mis sonrisas para alegrarle el día y sabrá con esa sonrisa que le quiero mucho", pero ocurre que no te topaste con tu amig@ como todos los días y sientes que todo el día estará mal... Y no sonríes, no con la misma alegría con que lo habías planeado, pues sientes que algo te faltó, aunque el día fuese hermoso y cosas increiblemente maravillosas te acontecieron, hubo algo que no se presentó...
Sí, podemos planear infinidad de cosas, hacer mundos de ideas en nuestras mentes... y al final, no hacer nada en la realidad. Tal vez, falta de entusiasmo, tal vez el destino se interpuso, o tal vez, simplemente no quisimos hacerlos; asi como dice el dicho "Querer es poder", y simplemente no los quisimos tanto como para atrevernos a llevarlos a cabo y nos escudamos en "No siempre se puede..." y lo dejamos pasar, como pasa el agua de río, y nos quedamos esperando a que se llegue esa anhelada oportunidad de "hacer realidad ese sueño perdido".
Es fácil decirle a alguien "vive el momento cual si fuese el último", cuando es díficil en nosotros mismos tener el valor de hacer las cosas que realmente queremos: como bailar con la canción que sale en la radio, salir a caminar por el parque, sintiendo el césped bajo tus pies descalsos, escribir esa carta a quien se fue lejos y decirle que extrañas verle; o cerrar tus ojos dando Gracias a Dios por lo vivido, lo disfrutado, lo sufrido y aprendido de esos errores cometidos al "planificar mal" una felicidad que ya se tiene desde que nacemos: el milagro de estar vivos es lo único que nos debería de importar...
meny