Llevadme, por piedad! Decía Bécquer a las olas
Cuando en su dolor pedía a gritos compañía
Y es que le pasó a él, me pasa a mí y nos pasa a todos
Que al sentir soledad pensamos que se nos va la vida.
Si el sol sale acompañado de sus radiantes rayos,
Y las estrellas engalanan a la Diosa Luna,
Porque debo resignarme a ser solitario
Cuando hay tantas razones para creer en la fortuna.
Las aves vuelan y juegan con las nubes,
Los peces respiran y son felices en el mar,
O será acaso que ellos sueñan y piden
Con gritos silenciosos tener algo más.