Cuando el día se marche y llame la noche,
y me busquen los sueños para llevarme con ellos,
y me sienta rendido, y me calle… y me entregue;
cuando no oiga la voz susurrando a mi oído,
ni sienta una mano acariciando la mía,
cuando vea con los ojos cerrados
y llame a la gente por el nombre de su corazón,
y ya no busque una sonrisa, porque viva dentro de ella;
cuando dibuje las caras que olvidé,
y vuelva a sentir los abrazos que perdí;
cuando borre la palabra “luego”,
y olvide el porqué de tanto llanto;
cuando me vuelva a enamorar de un color
y me sienta atravesado por una nota
que no estaba perdida, que me estaba buscando;
cuando el mar me vuelva a hablar,
y en ese cielo tan azul y tan inmenso
te vuelva a buscar y a encontrar;
cuando los árboles me saluden agitando sus ramas,
y el camino dibuje las huellas que he de seguir,
cuando avance sin mirar atrás, llegando un poco más;
cuando la palabra de ánimo no se pida,
se escape y ante mis ojos estalle;
cuando todos se marchen y yo te espere;
cuando sienta el mañana aún por llegar y lo viva,
y deje pasar lo que ya con el alma abandoné;
será entonces cuando llegue a comprender
que me está buscando y llamando,
otro nuevo y querido amanecer.
(jpellicer)