Mire tus ojos brillantes en la triste oscuridad
Mientras miraba tus labios que los míos querían besar
Sentí tus labios en los míos, como brasas encendidas
Me impregnabas con tu miel para curar mis heridas
Heridas cicatrizadas gracias a tus sabias curas
Que tus pechos maceraban como dos fruta madura
Pechos que fijos me miran como capullos de rosas
Perfumados de ansiedades de deseos y de más cosas
Te abrazo, con ansias loca devorándote con ganas
Así acabamos los dos desbaratando tu cama.
Yo te miro embelesado al ver tu cuerpo desnudo
Mientras me abrazo a tu cuello como un niño a su mama
Estoy subido en tu cuerpo y no me quiero bajar
Tú sigues asida a mí, con espasmos, y susurros, aunque no puedes hablar.
Yo intento decirte a tu oído te amo tanto…que no puedo amarte…más.
Gritas mi nombre en silencio entre jadeos y temblores
Mientras yo chupo tus pechos que a mí me saben a flores
Yo quiero cantarte un canto, el canto eterno de amor
El que siempre llevó dentro, dentro de mi corazón
Por eso escribo esta rima después de besar tu sexo
Para decirte te quiero, y no es tan solo por eso.
Autor Joaquín Méndez. Reservados los derechos.06/02/11