Hacemos el amor buscando altura
mordiéndonos de abajo para arriba
volándonos los sesos de ternura
juntando nuestros jugos en alquimia.
Probamos en el acto cierta arritmia
que hemos inventado para el goce
a veces nos sangramos en la riña
y en otras explotamos solo al roce.
Los juegos más audaces nos desatan
hogueras de placer que nos convocan
a lenguas incendiadas que se atan
de fuego arrollador por nuestras bocas.
Bajamos a la vida y nos fumamos
un resto de tranquila madrugada
en vuelos, otra vez, nos desplegamos
y hacemos el amor como si nada.