Se le retuerce el alma
Se le desangra la piel
Van lentamente muriendo sus versos,
Murieron la caricia y el beso por ella siempre esperados.
Sus sueños ahora son atroces pesadillas
Que carcomen sus heridas
Que surgieron de la nada
Marcando por siempre su alma
Con el recuerdo latente de aquella noche
En la que se escucho solo el llanto del violín
Que fue devorado por las siniestras manos del tiempo
Y nada ni nadie pudo hacer nada
Dejando desprendida su mirada
Y ahora en el mayor silencio
Y con deliro va apagándose
En la penumbra del alba
Como una hoja marchita….
Seca……casi sin vida..
Cegada …. con vehemencia busca ver una tenue luz
Que se refleje en la puerta marchita
Por la que saldrá su alma… al final de su existencia.