Sentado en un paisaje costanero
Mi mano estrecha la arena con furia
¿Cuándo surcará este cruel velero?
Se me hace que lleva aquí por centurias
Que se lleve todo lo que deseo
Y que se lleve también mis ganas
Porque luchar yo ya no quiero
Luchar, hasta que tenga canas
Estoy cansado de tanto buscar
La felicidad que tanto anhelo
Buscarla hasta que empiece a temblar
Por tantas noches de desvelo
Trémulo, con movimientos añejos
Buscando todavía con empeño
En el horizonte, unos bosquejos
De lo que algún día fueron sueños
No quiero llegar a experimentar
Que mis manos, ya arrugadas
Cansadas pues, de tanto batallar
Sientan que no han logrado nada
Que se arrastre mi mano hacia las sombras
Y cuando la oscuridad de lo desconocido
Sienta, regrese en una cruel zozobra
Por solo haber alcanzado a tocar el vacio
Entonces prefiero que zarpe ahora
Y que se aleje ya de mi puerto
Pues aunque siento que no es mi hora
Desearía que ya hubiera muerto
Pero mi barco yace inmutable
Encallado en la costa de la vida
Junto al faro de luz deslumbrante
Que opaca el sentimiento suicida
Y aunque atormentado miro
La crueldad que hay en los días
Me alumbras mi querido amigo
Para borrar mí misantropía
Y te agradezco por levantarme
Por hacer que diferente sea el poema
De este mal sueño despertarme
Demorando un poco más la esquela.
Andrés Ruiz H.