Jose Luis Santiago

ATENTO A LA LUZ

¡Atento!, que la luz no se apague

¡Atento!, que brille bien alto

y que la oscuridad se la trague

con el viento y el fuego al asalto

 

sediento y hambriento entra en trance

entre pedernales de negro basalto

y con Dios de la mano alcanza de un salto

el extático aliento del divino romance

que en reposo asciende allá a lo alto