Oh, hablemos con tiernos acentos
en casa y todo lugar.
Cual el canto de aves que trinan,
al alma le agradaran.
Alegran al triste que llora; valor y consuelo le dan,
y donde tinieblas ya reinan, la luz y el amor entraran.
Nuestros tiernos acentos se recordarán; darán a las almas solaz.
Oh hablemos con tiernos acentos,
palabras de gozo y paz.
Cual el sol de mañana que brilla,
al alma dan felicidad.
Cual susurro de aguas en selvas, a todos dan gozo y paz.
Asi, con los tiernos acentos unámonos en amistad,
con lazos que, siempre estrechos nos ligan en pura verdad.
Letra: Joseph L. Townsend, 1849–1942