Se ha quebrantado la pluma
no es el elemento, son las manos
trémulas quieren en el papel expresar
endebles y dolorosas, ya no pueden más !
Cuántos años abrazando la pluma
con qué devoción deslizaron sus versos
con qué regocijo llevaron sus aciertos
con qué incertidumbre declararon sus dudas.
Ellas advertían sobre irreflexivos yerros
guiaban el decir de un tema oportuno
ellas sabían las vicisitudes de la vida
instruían y exhortaban con paternal maestría.
Las manos... benditas las manos
dejaron ya de manifestar sus sentires
el papel no verá el ímpetu de sus trazos
no harán notar las percepciones del espíritu.
Pero queda la mente aún incólume
con un tremendo caudal de creaciones
la mente, que aprisionando dicha e idolatría
continuará diciendo los versos del alma.
Sí... sí... queda la voz y la memoria...!
Dichosos los que usan las manos
aportando vocablos que conmueven
dichosos poder expresar lo que sienten
con altruístas poemas que enaltecen...!
Víctor Carlos