Como me gustaría amor que supieras lo que siento: cuando miro tus ojos mansos, cuando huelo tu hermoso pelo, se renuevan las angustias que por ti a diario tengo. Y tú intransigente siempre, no me expresas lo que quieres; ni pronuncias ya mi nombre. ¿O será que lo que expresas si sale de tu corazón? Hoy la duda me atormenta porque creo que tú me amas y a la vez que me rechazas, por aquel mi mal actuar. He dejado todo, todo, por alcanzar tus caricias, y a tus besos, tus delicias y tu voz al platicar. Ya mi mente delirante no hospeda a otras mujeres, ni frecuento a otras gentes y mis dedos incoherentes no han tocado otra piel. Aunque sé que no me amas y hace tiempo me rechazas no he buscado otras bocas, otros ojos, otras manos, ni he salido por las noches a ahuyentar mi soledad.
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Desconozco lo que siento ya que evito en todo tiempo iniciar en otros ojos, otras uñas, otros pechos, una nueva amistad. No soy capaz de faltarte ni siquiera en pensamiento y mi corazón me dice que te sea siempre fiel aunque tú nunca lo sepas, ni te enteres o interese esta gran fidelidad. Si supieras que te amo desde que me vi en tus ojos, desde que escuche mi nombre en tus labios suaves, rojos. Te soy fiel hasta el cansancio, te esperare siempre, siempre, porque mi mente y mis ojos no se hartan de llorar.
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No sé porque te escribo esto si no me piensas, no me oyes, no me escribes…. no me lees! Ni te ha interesado nunca, amada mía, ser mi novia, mi pareja; y no sé ni cómo pretendo contigo algún día poderme casar. Y que recuperemos entonces tanto tiempo separados y contar entre mis bienes con tus besos y tus manos, mis poemas y tus ojos; y tus penas, tus enojos y a la niña de mis ojos que nos ve siempre pelear.
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No entiendo todavía porque me aplico el tormento, porque te digo que tengo en el alma soledad. Y aun así te pretendo sin obtener tu amor, ni el consuelo de tus dedos, de tus ojos, tus pezones y ese mundo de sonetos, de poemas y canciones me tiene loco de verdad. No sé, porque te digo que te amo siempre, siempre, y porque te he guardado de mi amor fidelidad.
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Es mi corazón quien habla con palabras susurrantes porque temo en un momento tu corazón despertar y despertar tus enojos y ver odio en esos ojos que siempre me hacen soñar. No sé hablar de otra manera, no tengo otras ideas más querer que tú me quieras y llenar de primaveras esta larga soledad.
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Te soy fiel porque es mi causa, es el precio que me he impuesto; sé muy bien que si lo vale el lograr ese amor y esa paz y esas caricias. Y mis noches con tus risas lograras tú alegrar.
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© Armando Cano. 8/02/11.