Sus ojos pintan la noche de los tiempos.
La sombra de una estrella vigila el paso
de las nubes y los días.
Pinceles y colores se confabulan
en el gran escenario de la vida.
Habla con el amanecer.
Los trazos casi perfectos liberan la ternura.
Los ojos de Akiane miran la vida por
el cristal perfecto del amor.