Para Alejandra F.
Y yo que soy tu amigo te propongo una cosa
que no veas en mí, al hombre si no al poeta
porque el amor es tiempo, conclusión y receta
y el aroma se esparce… como pasa en la rosa.
Sólo un día te pido que me mires sin prisa
ese día en que las nubes tienen color de rosa.
No dejemos los años –correr como la brisa-
Ni que se agrien los labios con un penar que roza.
Tal vez no espero nada, pues nada he esperado,
me gustaste eso es todo suficiente ¡creo…!
Y en tu mirar alegre esta tarde recreo
¡lo que no puede!-o quise- o simplemente he callado.
Me conformó saber que existes y pude conocerte
sin embargo las horas fueran minutos tan escasos;
hoy te tengo un regalo: Mi penar de no verte
y, mi tristeza extrema que dejo entre tus brazos.
¿Lo ves…? ¡Sé tu nombre! Y aun eso me lo callo.
Porque mis labios no se atreven a pronunciar
es tan bello escucharlo, como un vibrar del rayo
que su luz ilumina mi largo caminar.
Un día se encontrará nuestro camino.
Donde no pase nadie. Sólo tú y yo estaremos,
¡sólo tú y yo! -sólo tú y yo sabremos-
quien fue; quien derramó aquél vino.