Existe un día donde los enamorados
se sientan a la mesa de sus bocas a compartir un beso.
Y quitan sus miradas del entorno
para mirarse adentro.
Ese día, la piel es un pañuelo
de seda transparente,
la sangre un caramelo que endulza la simiente.
Y vos y yo
un líquido de amor que fluye siempre.
Hay un día donde los enamorados
se beben como el agua,
se comen labio a labio
se asfixian lengua a lengua
y el pecho que se hincha
y el músculo que tiembla
se juntan en la trenza
de nudos que se encuentran.
Y vos y yo
andamos desatando el sol de una quimera.