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LLORA que LLORA el SUFRIDO sobre la ALMOHADA

LLORA que LLORA el SUFRIDO sobre la ALMOHADA:




Recordando motivos placenteros del alma que fueron detalles latientes para un corazón enamorado, amando hasta en el dolor del silencio, por el olvido de todo lo vivido y sentido en la piel, durante tantos años gloriosos juntos, añorando del cielo un milagro, arrodillado ante un pequeño altar en el cuarto, rezando en voz baja, por la sensible ausente, dibujando en la frente y en pecho desnudo la persignación de la Santísima Cruz, para intentar una oportunidad por bendición y poder revivir un imposible de amor, para esas dos personas antes tan amables y complacientes, que se durmieron sobre sus espacios sin tiempo de amor, para no despertar mas con el sabor dulce por un beso de amanecer en los labios resecamente agonizantes, pero deseosos de ser besados con sincera y sentida pasión, por la mujer amada de mis eternos desvelos, que me sorprenda, mirando fijamente mis ojos pardos, dejándose suave y lentamente, tomar sus manos entre las mías, mostrando efusividad, al regalarme su mejor sonrisa de satisfacción, porque por amor, hasta Dios nos perdonó, desde lo alto de su cruz, antes de morir por nosotros...,

Desconsoladamente en su soledad aprendida, mientras en el almanaque continúan consumiéndose los días, inexorablemente, de los posibles que resten para ser vividos lográndote Yo reconquistar, con el rose de un solo beso en tus esquivos labios de rosa, poniéndose los meses colgados finalmente amarillos de viejos, hasta caer por su propio peso al frio piso, parecidamente, ocurre con las hojas de los árboles del jardín, que al madurar se desprenden, sin avisar, hiendo a parar a la tierra, esparciéndose luego por el viento, hasta convertirse en fino polvo, así, también, fue con este sentimiento maduro, que no retornará nunca más a verde, porque amor que se va, sin atajarlo, no vuelve y si regresa, no será confiadamente creíble, ni recibido con los ansiosos brazos abiertos, son así, aunque duela admitirlo con el alma en pena y una lágrima corriendo por mi rostro, los misterios de la vida y del amor, incomprendido, en el mundo exclusivo e intimo de la pareja de hoy.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 09022011 06:00 PM.