Créanme cuando yo les digo sorprendido
que el ser cronista de sucesos amorosos
es una experiencia de peculiar cometido
porque lo narrado me resulta asombroso.
Shakespeare dijo que el amor era ciego
y tengo que darle al dramaturgo la razón.
En una casamiento de estilo veraniego
la novia vestía tapado de piel sin calzón.
Olvidando los males e incluso la tensión
por amor se pierde la cabeza sin temor.
Pero si se llama Dolores con vocación
de guerra la mujer, su apodo será tu dolor.
El amor de la vida será el nuestro eterno
mientras todo lo que se tenía se compartió.
Incluso deudas dejadas después de muerto
harán eterna tortura de lo que no se pagó.
Morir de amor es una realidad perecedera
porque al morir de él, el mismo amor vive,
enseñándote que amar es sufrir verdadera
prueba de fe para saber como uno sigue.
La mayor certeza que se sabe sobre el amor
es que ninguna fuente sobre la Tierra pisada
jamás podrá igualar lo que es sentir su calor
cuando ofrecido o recibido nos llena el alma.
Vito Angeli