A nada le temo,
voy más allá de
todo y de todos,
mi infinita valentía
es la clave suprema
de mi brillante vivir.
No soy frío y desalamado,
pues el calor incondicional
de mis sentimientos y emociones,
se expresa con gran intensidad
y sinceridad,ante la persona
que desee merecer
lo más maravilloso
de mí.
Tengo demasiada
sangre apasionada,
como para dejarla
correr por todos
aquellos lugares
en donde la
seducción sea un
tema tabú.
Mil latidos por
minuto tengo
para corazones
en riesgo,pues
yo por los demás
daré todo lo
mejor de mí,
sin importar nada
a cambio,ni siquiera
un especialista para
preservarme o salvarme
de la cruel,despiadada
y calculadora muerte,
pues soy inmortal.
A veces quisiera
tener un corazón
normal, pero Dios
me has dado un
gran corazón,
ese corazón que
tanta gente desea,
necesita, hasta
morirían por él,
por mi corazón de fuego.