Cada mañana bostezo,
cuando todavía el sol
duerme,paso esquiva
el espejo,prefiero no verme.
Me voy recogiendo el pelo,
mientras me ato una bota,
no puedo evitar,
querer cambiar,
mi vida por otra...
Paso por la habitación,
donde duermen mis princesas,
les dejo el corazón,
encima de la mesa.
Por mi calle vacía,anda
depistao un gato,parece
que le disgusta,el ruido
de mis zápatos.
Llego puntual al trabajo,
me saluda la rutina,
ese reloj macabro..
parece que no camina.
Asi és un día cualquiera,
sin mucha más elección,
mientras mis manos trabajan,
mi mente viaja..
hacia su corazón.