Mirando a la distancia
el mar dibuja tus ojos con sal
y la luz de tu mirar
ilumina mi alma de cristal.
Al caer una hoja roja
o cuando despiertan flores de colores
extraño tu sonrisa.
Guardo en un cofre dentro mío
multitud de amores
y al mirarte invisible te sonrío
observando girasoles.
De madrugada te miro
con los ojos cerrados
y me parece que me amas.
Pasan los días
como si el sol se ocultara para no volver
y el corazón extraña
a quien no llegó a conocer.