Otra música que habla al corazón,
y que como agua fresca y cristalina
del remanso de amor que mora en el que espera,
llega tranquila y serena y se deja beber,
saciando la sed de la verdad y de la paz.
Otra música que invade los espacios
pintando de luz y color los silencios
dejados por los sonidos de la indiferencia;
pentagramas de mágicas notas desconocidas
que en sinuoso compás acompañan todas las soledades.
Músicas que nacen sin pedir llegando sin llamar;
que portan caras y cuerpos, momentos y palabras;
que embelesan robando la conciencia,
que te llevan tranquilo a millones de lugares conocidos
que te dejan sin aliento - como muerto - maravillosamente vivo.
Músicas que acompañan dando sentido a los momentos,
y que tienen la respuesta escondida en un requiebro;
que esperan calladas para ser escuchadas,
y viajan cosidas en el fondo del alma;
que desnudan y muestran la sinfonía inacabada
que van siendo nuestras vidas, la tuya y la mía… tan calladas.
(jpellicer)